Los sabores característicos del norte de África, la canela, el jengibre y la pimienta negra, agregan un toque picante al aroma amaderado del coñac fino.
El resultado es una fragancia compleja y segura que revela nuevas e intrigantes capas y facetas a medida que avanza el día.
Esta fragancia en particular tiene que ser infundida en cera de abejas para preservar la integridad del aroma.