Frecuente en la región mediterránea, el laurel crece en lugares soleados y fértiles. Sus hojas permanecen verdes durante todo el año, por lo que a lo largo de la historia ha sido el símbolo de la inmortalidad. Utilizado en el pasado para coronar las cabezas de emperadores, poetas y ganadores, el Laurel en la antigüedad también era el símbolo de Apolo, dios del sol. Su perfume revela un aroma sutil y alcanforado.
Te gustará si... conoces algún Julio César o si acumulas frascos de laurel en la cocina sin usarlos.