LORENZO VILLORESI
CUANDO EL TIEMPO Y EL OLFATO SON UNO SOLO
Se dice que la ciudad de Florencia porta consigo dos síndromes: el primero, el de Sthendal por la capacidad de hacer perder la consciencia a sus turistas al ver tanta belleza acumulada. El segundo: recibir una fiebre de inspiración, un torrente de sensaciones e ideas. Y es que no nos extraña, que habiendo sido cuna de grandes artistas como Miguel Ángel o Donatello y de grandes arquitectos como Brunelleschi, sea esta ciudad el kilómetro 0 de la casa Lorenzo Villoresi.
Fundada en 1990 en el palazzo familiar de la ciudad, Lorenzo Villoresi dedicó gran parte de su vida recorriendo las rutas de los mercantes toscanos del renacimiento, atesorando una experiencia sensorial que cubre desde los aromas más mediterráneos hasta las esencias y especias del lejano Oriente. La sugestiva mezcla de influencias antiguas y modernas compone su producción: enteramente artesanal según métodos tradicionales que, sin duda, ha sabido fascinar y conquistar a una fiel clientela internacional, refinada y exigente.